martes, 1 de enero de 2013

Paul Krugman en la Tierra plana

El ensayo de Robert J. Gordon publicado el pasado septiembre y titulado Is U.S. Economic Growth over? Faltering Innovation Confronts the Six Headwinds está teniendo bastante repercusión a juzgar por la frecuencia con que se encuentran comentarios en la prensa y en diversos foros. Yo mismo lo comenté en un artículo de este blog. El último comentario que he visto es el de Paul Krugman del 26 de diciembre pasado en su página de opinión de The New York Times. En él encuentro un párrafo que me deja atónito:

"Considere por un momento un escenario de fantasía tecnológica en el cual pudiéramos producir robots inteligentes capaces de hacer todo lo que una persona puede hacer. Claramente, tal tecnología eliminaría todos los límites al PIB per capita, siempre y cuando no contemos a los robots entre las capitas. Con sólo mantener el crecimiento de la proporción de robots en relación con humanos se podría alcanzar cualquier PIB que se desee." (Mi traducción)


Echando mano otra vez del chascarrillo de que la idea de una Tierra esférica es incompatible con la noción de muchos economistas que no ven, o no quieren ver, que los recursos son limitados, el párrafo citado es una de las declaraciones de "terraplanismo económico" más radicales que he visto hasta ahora. En efecto, en el planteamiento de Krugman la base física del PIB (consumo de materia y energía) no existe: basta con tener robots tan inteligentes y capaces como las personas en número suficiente para poder crear todo el PIB que queramos.

Para mí la objeción es obvia y parte de dos consideraciones. La primera es que, hasta donde yo sé, las personas no hemos sido capaces todavía de crear PIB a partir de la nada (aunque algunos economistas piensan que sí, sobre esto he comentado en este artículo), así que no hay razón para pensar que unos robots que igualan las capacidades humanas lo vayan a conseguir. Por tanto, el PIB, lo creen robots o personas, requerirá un soporte físico, es decir: consumo de materia y energía. La segunda es que, salvo que el escenario de fantasía tecnológica que nos plantea Krugman sea mucho más esotérico de lo que yo me imagino, los propios robots serán entidades materiales y para funcionar necesitarán energía, por lo que tener más robots supondrá necesariamente consumir más materia y energía. Comoquiera que, al menos desde el punto de vista de los aguafiestas que creemos que la Tierra es redonda, la disponibilidad de recursos materiales y energéticos en este planeta está sujeta a limitaciones físicas, la noción de que transferir las tareas productivas a unos robots elimina todos los límites al crecimiento económico resulta absurda.

El Sr. Krugman es premio Nobel de Economía, motivo más que suficiente para tomarse en serio sus ideas sobre la materia. Y esto es lo que más me preocupa: incluso los primeros espadas de la disciplina se permiten ignorar sin ambages la base material de la economía y las limitaciones que esta pueda imponer. Y esto es así porque en el pensamiento económico predominante capital y trabajo son los únicos factores productivos relevantes (la fantasía tecnológica que propone Krugman consiste en disponer de capital capaz de sustituir completamente al trabajo). Así pues, si hay limitaciones al PIB estas sólo pueden venir del capital o del trabajo.

Esta omisión, que a mi me parece una carencia clara, está presente en casi todas las escuelas económicas, incluso cuando sus planteamientos son completamente opuestos. Kugman y los neokeynesianos proponen como solución a la crisis actual el estímulo de la economía a base de inflar la oferta monetaria mediante el endeudamiento masivo de los gobiernos (ver Paul Krugman, el Coyote y la solución keynesiana), otros, en la linea neoliberal, proponen volver al patrón oro y reducir al máximo la intervención de los gobiernos (ver "Fraude": una visión neoliberal). Tanto unos como otros se mueven en la Tierra plana, ilimitada, en la que capital y trabajo son los únicos factores productivos a tener en cuenta.

Y al hilo de esto lanzo una conjetura: la contradicción radical entre el enfoque neokeynesiano y el enfoque neoliberal podría estar señalando una carencia fundamental en la teoría económica en la que se apoyan ambos, de forma similar a como la contradicción entre mecánica cuántica y mecánica relativista señala una carencia fundamental en la teoría física actual. La comparación está un poco cogida por los pelos, pero me viene bien para señalar una diferencia entre físicos y economistas: entre aquellos existe un consenso general que reconoce la carencia y la necesidad de resolverla para alcanzar una teoría unificada. Los economistas, en cambio, parecen haberse instalado más bien en el consenso terraplanista que les permite seguir contradiciéndose unos a otros sin revisar nada fundamental. ¿Será que la ciencia física es más ciencia que la ciencia económica?


Fuentes:

El ensayo de Robert J. Gordon Is U.S. Economic Growth over? Faltering Innovation Confronts the Six Headwinds puede encontrarse aquí:
http://www.cepr.org/pubs/PolicyInsights/PolicyInsight63.pdf

El comentario de Paul Krugman está aquí:
http://krugman.blogs.nytimes.com/2012/12/26/is-growth-over/?smid=tw-NytimesKrugman&seid=auto
El párrafo citado es, en su versión original, el siguiente:
Consider for a moment a sort of fantasy technology scenario, in which we could produce intelligent robots able to do everything a person can do. Clearly, such a technology would remove all limits on per capita GDP, as long as you don’t count robots among the capitas. All you need to do is keep raising the ratio of robots to humans, and you get whatever GDP you want.