domingo, 12 de abril de 2015

Según el sector, la generación eléctrica basada en combustibles fósiles no se reducirá antes de 2050

En un artículo publicado el pasado 30 de marzo, El Periódico de la Energía (un periódico digital dedicado al sector energético) se hacía eco de una encuesta reciente a profesionales de todo el mundo con puestos de responsabilidad en el sector de la electricidad. El titular de la noticia rezaba así: El 82% de la industria eléctrica mundial asegura que el sistema será 70% renovable en 2050. La afirmación se basa en las respuestas de los expertos encuestados a la pregunta "¿Cómo de rápido se puede hacer la transición a un sistema eléctrico altamente renovable (70% por generación) que sea también seguro y asequible en su mercado de interés?". El gráfico siguiente, extraído del informe de la encuesta, muestra una estadística básica de las respuestas.

Fuente: DNV GL, Beyond Integration 

En realidad, lo que dice la encuesta es que un 82% de los expertos creen que el 70% renovable se logrará en 2050 en la fracción del mercado eléctrico global que les concierne. Así que la previsión para el conjunto del sistema eléctrico global debe ser menor que el 70%. Pero aún así, ciñámonos a la interpretación generosa del titular del artículo.

Pues bien, ¿es esto una buena noticia? Sin entrar en la cuestión de qué valor real pueden tener este tipo de proyecciones a tan largo plazo en un contexto tan confuso como el actual, yo diría que según se mire. O que según para quién. Podría ser muy buena noticia para el sector de las renovables, claro. Pero... ¿qué tal para el clima?¿prevén los expertos que la generación eléctrica en 2050 será más limpia que la actual en emisiones de CO2?¿que necesitaremos menos combustibles fósiles para generar electricidad en 2050? Un poco de malicia y un par de números simples nos dicen que de ninguna manera.

El punto de malicia viene de suponer, porque la encuesta no dice nada al respecto, que los expertos consideran que el sector de la generación eléctrica va a seguir siendo un buen negocio de aquí a 2050. Es decir, un negocio creciente. Por una parte, el consumo de electricidad aún tiene que generalizarse e intensificarse en amplias regiones de esos que llamamos países en desarrollo. Por otra, la crisis en las economías desarrolladas es, por supuesto, una anomalía y la inminente vuelta a la senda del crecimiento hará que se recuperen y luego aumenten los niveles de consumo en esas economías. Así que ¡qué menos que un 3% de crecimiento anual medio para los próximos 35 años! El ritmo de crecimiento entre 2008 y 2013, años de crisis, ha sido de un 2,7% aproximadamente, así que un 3% tampoco es echar las campanas al vuelo.

Y ya estamos en disposición de hacer los números. Si la generación eléctrica crece un 3% anual de aquí a 2050, por cada 100 unidades generadas en 2014 se generarán en 2050: 100*1.03^(2050-2014)=290. Si se cumple la predicción de los expertos, el 70% de esas 290 unidades, es decir, 203, será renovable. Las 87 restantes vendrán de otras fuentes. Salvo que esperemos un muy poco probable desarrollo espectacular y sostenido de la energía nuclear, podemos contar con que del orden de 80 de esas 87 unidades no renovables de 2050 tendrán que generarse a partir de combustibles fósiles. Y resulta que de las 100 unidades de generación eléctrica de 2014 ¡también alrededor de 80 provinieron de combustibles fósiles!.

Total, que lo que vaticinan los expertos podría ser simplemente que no vamos a renunciar a los combustibles fósiles para generar electricidad. Eso sí, como tampoco vamos a renunciar al crecimiento continuado de la generación eléctrica y como parece que hay que ser demasiado optimista para confiar en que los combustibles fósiles puedan acompañar ese crecimiento, no nos va a quedar más remedio que echar mano de las renovables.

Expresar las cosas como porcentaje de una magnitud que crece o que se espera que crezca puede llevar a engaño. Un buen ejemplo de "abuso de los porcentajes" se puede encontrar muy bien explicado en este artículo del muy interesante blog Agua, energia y decrecimiento, esta vez en la evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con el acceso al agua.  

Fuentes:
Noticia en El periódico de la Energía
El informe de la encuesta se puede consultar aquí: DNV GL: Beyond integration (marzo 2015)

jueves, 2 de abril de 2015

Un regalo inesperado

El pasado 30 de marzo apareció en el blog Nada es Gratis un artículo firmado por Francisco de la Torre con el título de Un regalo inesperado I. El artículo (y una segunda parte fechada el mismo día) fue publicado por el administrador del blog y no por su autor, que no figura en la relación de colaboradores. Parece, por tanto, que se trata de una colaboración "externa". Con todo, el artículo está ahí, y junto con su continuación, quiere explicar por qué la bajada de los precios del petróleo está teniendo tan poco impacto en la recaudación fiscal a pesar de lo que está contribuyendo a la recuperación económica. Y es que, respecto a esto último:

"Una reducción del precio de la principal fuente de energía que se utiliza en España, y que se paga casi íntegramente al exterior es una bendición: disminuye los costes de las empresas, las hace más competitivas, aumenta la renta disponible de las familias, equilibra la balanza de pagos porque se paga menos al exterior… Todo esto junto estimula el crecimiento económico, y consiguientemente, la creación de empleo."

Es decir, que la bajada reciente en el precio del petróleo (que parece que sigue entre 50 y 60 dólares el barril, que viene a ser la mitad de lo que estaba costando desde 2009, y el doble de lo que costaba antes de 2004) es un verdadero "regalo inesperado" para nuestra economía.

Y yo tengo que decir que para mí ver el texto citado en Nada es Gratis, un blog llevado por economistas académicos y que yo percibo tan alineado con los planteamientos de la teoría económica convencional, supone también un regalo inesperado. En efecto: me parece esperanzador que en un foro como ese se dé entrada a una visión sobre la crisis que no he parado de echar en falta durante todos estos años. Porque, o al menos así lo veo yo y parece también que el señor de la Torre, una subida del precio de la principal fuente de energía que se utiliza en España, y que se paga íntegramente al exterior, es una maldición: aumenta los costes de las empresas, las hace menos competitivas, disminuye la renta disponible de las familias, desequilibra la balanza de pagos porque se paga más al exterior,.... Todo esto junto inhibe el crecimiento económico, y consiguientemente, propicia la destrucción de empleo.

El precio del petróleo subió sin parar entre 2004 y 2008 desde unos 30 dólares por barril a casi 150 (precios constantes). Por esa época España importaba la friolera de 1,6 millones de barriles diarios. Echen las cuentas. Yo las he echado y las he mostrado varias veces en otros artículos de este blog. El impacto económico de una subida como esa en "la principal fuente de energía que se usa en España, y que se paga casi íntegramente al exterior" tuvo que ser necesariamente tremendo. Y para muestra un botón: como he dicho más arriba, yo ya he intentado ilustrarlo en varios artículos de este blog así que, esta vez, para variar, echaré mano de nuevo de Nada es Gratis. El gráfico siguiente apareció en un artículo titulado El Sector Exterior: ¿Un Problema Sin Resolver?, firmado por Jesús Fernández-Villaverde y Tano Santos y publicado por el primero (que, esta vez sí, es uno de los editores del Nada es Gratis) el 4 de febrero pasado. El gráfico quiere mostrar lo mal que lo llevamos en este país con nuestro balance entre exportaciones e importaciones.

Fuente: Nada es Gratis (2).

El caso es que en el gráfico se ve claramente como el problema más o menos estructural con nuestra balanza de pagos se agudiza enormemente entre los años 2004 y 2008, los años de "la felicidad de la burbuja" (tomo la expresión del mismo artículo), para luego sufrir un ajuste tremendo con el estallido de la crisis. A mí me parece obvio que esa felicidad de la burbuja consistió esencialmente en seguir importando petróleo al mismo ritmo, a pesar de su encarecimiento continuado. Aunque en el artículo no se diga nada al respecto. Y sí, seguramente la felicidad de la burbuja fue posible porque había un exceso de disponibilidad de crédito, debido tal vez al mal diseño del sistema monetario, y el desajusté se agravaría porque nuestra economía no era lo suficientemente flexible, o lo suficientemente productiva o por lo que sea que normalmente ha centrado el análisis habitual de las causas de la crisis en los foros económicos. Y no digo yo que estos factores no sean relevantes. Seguramente contribuyeron a amplificar el impacto (y también a retrasarlo). Pero que la subida del petróleo tenía que causar impacto, y fuerte, me parece evidente. Y no deja de sorprenderme lo poco que se ha tenido en cuenta hasta ahora esta variable.

En fin, que yo me alegro de que en más foros económicos se comience a prestar atención a la importancia en la economía de las limitaciones energéticas y, en general, de otros recursos finitos.

Fuentes:
Los artículos de Nada es Gratis que cito se encuentran en estos enlaces:
(1) Un regalo inesperado I
(2) El Sector Exterior: ¿Un Problema Sin Resolver?